Toda investigación parte de un conjunto de ideas y proposiciones que versan sobre la realidad y sus descripciones y explicaciones; el científico, por más que esté persuadido de la verdad de estas proposiciones, no las podrá sostener hasta que, de algún modo, puedan ser verificadas en la práctica. Una proposición es verificable cuando es posible encontrar un conjunto de hechos, previamente delimitados, que sean capaces de determinar si es o no verdadera.
Una metodología es un modo de realizar el análisis sistemático de los principios racionales que guían los procesos de adquisición de saberes epistémicos (contrapuestos a la Doxa, es decir, saberes en filosofía, ciencias, métodos prácticos etc.), así como de los procesos de configuración de los contenidos de una ciencia o disciplina en sus estructuras, articulación y conexiones temáticas, es decir, una metodología es una meta-observación sobre los contenidos de una ciencia, teoría o sobre los métodos de ésta.
Cada disciplina tiende a crear su propio estilo de reflexión sobre sus métodos.
Al considerar esas estructuras de las distintas disciplinas podemos centrar nuestra meta-observación o reflexión metodológica sobre:
a) el modo en que definen su campo propio de objetos o problemas;
b) el modo y métodos (lo que programa el trabajo científico) seguidos;
c) los tipos de enunciados, generalizaciones o abstracciones empleadas, modos de realizar inferencias etc.;
d) sus presuposiciones acríticas o metateóricas, así como sus relaciones con otras ramas del saber;
La metodología es una rama de la Filosofía de la Ciencia que trata pues de los métodos y técnicas de la adquisición de conocimientos, investigación, elaboración de resultados de ésta, y que busca depurar los conocimientos “válidos”. Ciertamente es frecuente el error de confundir metodología con metódica (conjunto de métodos), pero debería evitárselo para conservar la riqueza semántica del término griego.
Para que estas reflexiones sobre “métodos y metodologías” ayudar a clarificar este complejo dominio hay que comenzar diferenciando entre los siguientes conceptos que muchas veces se usan como sinónimos:
Método: procedimiento, técnica, modo de trabajo guiado por reglas.
Metódica: que muchos comprenden como un conjunto de reglas canónicas sobre el empleo de ciertos métodos, conjunto de métodos.
Metodología: como teoría que trata de todos esos campos.
Ahora bien, el método es el camino a seguir mediante una serie de operaciones, reglas y procedimientos fijados de antemano de manera voluntaria y reflexiva para alcanzar un determinado fin. El método no debe ser visto como un ritual, no es nada en sí mismo, sólo tiene valor en el contexto de la investigación, como un mecanismo de interrelación entre el sujeto y el objeto. Etimológicamente, el vocablo método proviene del griego métodos, guía y modo. Meta significa por, hacia, a lo largo; y hodos significa camino o vía; la unión de ambos términos conduce al significado de “camino hacia algo o por el camino”. (Palella y Martíns, 2004).
Dentro de este contexto, los métodos de acuerdo a sus facultades se pueden clasificar en:
Método Inductivo: Aluden a aquellos procedimientos que van de lo simple a lo compuesto, es decir, de las partes al todo. Se caracterizan porque incluyen una síntesis. Consisten en la recopilación de varios datos y la observación de suficientes hechos referidos a un problema en particular, analizarlos para descubrir sus analogías y diferencias, compararlos y tomar nota de sus características comunes para formular la regla que explica el comportamiento de esa clase de datos. Con esto último se generalizan sus características a toda la población estadística de los hechos observados. El número de observaciones debe ser suficiente para dar confiabilidad a la generalización. Este método asciende de lo particular a lo general, de los hechos individuales a los generales.
Método Deductivo: Están basados en la descomposición del todo en sus partes. Van de lo general a lo particular y se caracterizan porque contienen un análisis. Parten de generalizaciones ya establecidas, de reglas, leyes o principios destinados a resolver problemas particulares o a efectuar demostraciones con algunos ejemplos. El método deductivo sigue un curso descendente, de lo general a lo particular, o se mantiene en el plano de las generalizaciones.
No obstante, y a pesar de la clasificación anterior, es necesario acotar que en la mayoría de las investigaciones, los métodos son utilizados o proceden de modo dialéctico, es decir, inductiva y deductivamente, porque el investigador formula hipótesis para explicar los fenómenos, partiendo de su experiencia y alguna teoría, aplicando el método para probar su hipótesis.
Esta inicial distinción puede ayudar a que al discutir sobre este campo temático se opere con la limpieza conceptual que es precisa para no generar, por defecto en la misma comunicación, confusionismo o problemas ficticios. En un sentido muy general, el marco metodológico es comprendido como camino (a seguir en pensamiento o acción) describible con mayor o menor precisión, es decir: una serie finita de instrucciones más o menos concretas para la acción - máximas que guían, por ejemplo, la estrategia a seguir en un trabajo de investigación - y que permite alcanzar una meta, fin o un determinado objetivo, o solucionar un problema concreto.
Ese fin, cuyo logro se facilita cuando se sigue un buen camino-método, puede ser de conocimiento práctico, y puede tener un carácter abstracto o referirse a algo personal o vital. En general, en el ámbito práctico, los métodos más desarrollados se han creado sólo a un nivel muy parcial, como ayudas para resolver ámbitos de problemas muy concretos materiales, técnicos etc. Además, en la comprensión habitual del término en el ámbito científico, el marco metodológico se contrapone a la suerte, al azar, se le concibe como conjunto de reglas sistematizadas que deben guiar el modo de proceder en un determinado ámbito de trabajo.
Una metodología es un modo de realizar el análisis sistemático de los principios racionales que guían los procesos de adquisición de saberes epistémicos (contrapuestos a la Doxa, es decir, saberes en filosofía, ciencias, métodos prácticos etc.), así como de los procesos de configuración de los contenidos de una ciencia o disciplina en sus estructuras, articulación y conexiones temáticas, es decir, una metodología es una meta-observación sobre los contenidos de una ciencia, teoría o sobre los métodos de ésta.
Cada disciplina tiende a crear su propio estilo de reflexión sobre sus métodos.
Al considerar esas estructuras de las distintas disciplinas podemos centrar nuestra meta-observación o reflexión metodológica sobre:
a) el modo en que definen su campo propio de objetos o problemas;
b) el modo y métodos (lo que programa el trabajo científico) seguidos;
c) los tipos de enunciados, generalizaciones o abstracciones empleadas, modos de realizar inferencias etc.;
d) sus presuposiciones acríticas o metateóricas, así como sus relaciones con otras ramas del saber;
La metodología es una rama de la Filosofía de la Ciencia que trata pues de los métodos y técnicas de la adquisición de conocimientos, investigación, elaboración de resultados de ésta, y que busca depurar los conocimientos “válidos”. Ciertamente es frecuente el error de confundir metodología con metódica (conjunto de métodos), pero debería evitárselo para conservar la riqueza semántica del término griego.
Para que estas reflexiones sobre “métodos y metodologías” ayudar a clarificar este complejo dominio hay que comenzar diferenciando entre los siguientes conceptos que muchas veces se usan como sinónimos:
Método: procedimiento, técnica, modo de trabajo guiado por reglas.
Metódica: que muchos comprenden como un conjunto de reglas canónicas sobre el empleo de ciertos métodos, conjunto de métodos.
Metodología: como teoría que trata de todos esos campos.
Ahora bien, el método es el camino a seguir mediante una serie de operaciones, reglas y procedimientos fijados de antemano de manera voluntaria y reflexiva para alcanzar un determinado fin. El método no debe ser visto como un ritual, no es nada en sí mismo, sólo tiene valor en el contexto de la investigación, como un mecanismo de interrelación entre el sujeto y el objeto. Etimológicamente, el vocablo método proviene del griego métodos, guía y modo. Meta significa por, hacia, a lo largo; y hodos significa camino o vía; la unión de ambos términos conduce al significado de “camino hacia algo o por el camino”. (Palella y Martíns, 2004).
Dentro de este contexto, los métodos de acuerdo a sus facultades se pueden clasificar en:
Método Inductivo: Aluden a aquellos procedimientos que van de lo simple a lo compuesto, es decir, de las partes al todo. Se caracterizan porque incluyen una síntesis. Consisten en la recopilación de varios datos y la observación de suficientes hechos referidos a un problema en particular, analizarlos para descubrir sus analogías y diferencias, compararlos y tomar nota de sus características comunes para formular la regla que explica el comportamiento de esa clase de datos. Con esto último se generalizan sus características a toda la población estadística de los hechos observados. El número de observaciones debe ser suficiente para dar confiabilidad a la generalización. Este método asciende de lo particular a lo general, de los hechos individuales a los generales.
Método Deductivo: Están basados en la descomposición del todo en sus partes. Van de lo general a lo particular y se caracterizan porque contienen un análisis. Parten de generalizaciones ya establecidas, de reglas, leyes o principios destinados a resolver problemas particulares o a efectuar demostraciones con algunos ejemplos. El método deductivo sigue un curso descendente, de lo general a lo particular, o se mantiene en el plano de las generalizaciones.
No obstante, y a pesar de la clasificación anterior, es necesario acotar que en la mayoría de las investigaciones, los métodos son utilizados o proceden de modo dialéctico, es decir, inductiva y deductivamente, porque el investigador formula hipótesis para explicar los fenómenos, partiendo de su experiencia y alguna teoría, aplicando el método para probar su hipótesis.
Esta inicial distinción puede ayudar a que al discutir sobre este campo temático se opere con la limpieza conceptual que es precisa para no generar, por defecto en la misma comunicación, confusionismo o problemas ficticios. En un sentido muy general, el marco metodológico es comprendido como camino (a seguir en pensamiento o acción) describible con mayor o menor precisión, es decir: una serie finita de instrucciones más o menos concretas para la acción - máximas que guían, por ejemplo, la estrategia a seguir en un trabajo de investigación - y que permite alcanzar una meta, fin o un determinado objetivo, o solucionar un problema concreto.
Ese fin, cuyo logro se facilita cuando se sigue un buen camino-método, puede ser de conocimiento práctico, y puede tener un carácter abstracto o referirse a algo personal o vital. En general, en el ámbito práctico, los métodos más desarrollados se han creado sólo a un nivel muy parcial, como ayudas para resolver ámbitos de problemas muy concretos materiales, técnicos etc. Además, en la comprensión habitual del término en el ámbito científico, el marco metodológico se contrapone a la suerte, al azar, se le concibe como conjunto de reglas sistematizadas que deben guiar el modo de proceder en un determinado ámbito de trabajo.